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PRINCIPIOS MURiALDINOS

  1. Dar amor a los jóvenes: Tratamos a los jóvenes con rostros alegres y modales corteses. Comunicación amable y afectuosa. Profesor quien enseña con didáctica, maestro quien enseña con amor.

  2. Amar personalmente: Dios ama a cada uno como si fuese el único en la tierra y no lo hace porque uno es bueno, lo hace porque él es bueno.

  3. Ser amigo, hermano y padre: Participar activamente en las alegrías y tristezas en procura de un ambiente de confianza y optimismo.

  4. Practicar la humildad y caridad: Jesús es nuestro modelo “aprendan de mí que soy humilde; por lo tanto, no darse aires de sabios, practiquemos también la caridad siendo amables y delicados”

  5. Vivir como en familia: Relación de contacto positivo en donde el educador encuentra tiempo para dialogar con el educando.

  6. Preferir a los necesitados: Enseñar a los aplicados es halagador, pero, qué arte enseñar a los ociosos. Elevar la autoestima premiando todo esfuerzo y convirtiendo al estudiante en el centro de atención. 

  7. Construir su propio desarrollo: Ofrece caminos de superación y espera con optimismo la realización de las promesas.

  8. Prevenir y no castigar: Un educador debe ser más preventivo que correctivo; debe anticiparse a los hechos para no lamentar sus consecuencias. “para no castigar, prevenir, siempre prevenir”

  9. Hacer el bien, pero bien: Educador como artista por excelencia debe crear su arte, la mente y el corazón del joven, en una obra de sutil belleza. Hacer el bien y hacerlo bien debe ser norma constante y compromiso de vida.

  10. Ser buen cristiano y honesto ciudadano: Educar al joven para que sea honesto ciudadano, íntegro en sus actitudes; buen cristiano, franco y solidario

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